El descanso es tan importante como comer o respirar

El descanso es esencial para la salud tanto física como mental. Cuando descansamos nuestro cuerpo se recupera y restaura, se regula la temperatura corporal y se equilibran las hormonas y el metabolismo.
Para mantener las funciones y supervivencia del organismo son necesarias una media de 4 o 5 horas de sueño al día. El resto de las horas que dormimos contribuyen a mejorar nuestro bienestar y a aportarnos mayor calidad de vida, estimando que en una media de 8 horas podría encontrarse el punto óptimo de descanso.

Unidad especial para el descanso y el bienestar

Horas necesarias de descanso según la edad

Un recién nacido puede llegar a dormir hasta 16 horas al día. Durante los primeros años de la infancia se establece un sueño polifásico, donde se producen varios periodos de sueño durante el día. A partir de los 3 años se establece un patrón de sueño principalmente nocturno. A partir de ese momento se van reduciendo progresivamente las horas de sueño hasta llegar a la adolescencia.

¿Cuántas horas necesitan dormir los niños?

Bebés entre 12 – 16 horas diarias (incluidas las siestas)
Niños de 1 a 3 años 11 – 14 horas diarias (incluidas las siestas)
Niños en edad preescolar 10 -13 horas diarias (incluidas las siestas) Niños en edad escolar 9 – 12 horas nocturnas
Adolescentes 8 – 10 horas nocturnas

Desde la adolescencia, durante la edad adulta se mantiene un patrón de 7 u 8 horas de sueño nocturno. 

En la tercera edad se recupera el sueño polifásico, disminuyen el número de horas de sueño nocturno y se duerme varias veces durante el día.

Beneficios del descanso adecuado

Los beneficios de un descanso adecuado y un sueño reparador son:

Fortalecimiento sistema inmunológico
Mejora el metabolismo y ayuda a mantener el peso adecuado
Disminuye el riesgo de enfermedades como diabetes o infarto
Disminuye Presión Arterial
Reduce la inflamación
Disminuye el estrés y mejora el estado de ánimo

Mientras dormimos, pasamos por diferentes fases de sueño, la fase sin movimiento ocular rápido (no REM en inglés) y la fase movimiento ocular rápido (REM, en inglés).


Diferentes estudios apuntan a que:
El sueño no REM tendría una función relacionada con la reparación y conservación de tejidos corporales y recuperación de energía. Cuando el organismo está sometido a un fuerte desgaste físico, como durante la práctica de ejercicio, aumente la fase no REM.


En el sueño REM predominarían los procesos de reparación cerebral como la reorganización neuronal, consolidación y almacenamiento de recuerdos relevantes y eliminación y olvido de los que no lo son. De hecho, el sueño durante la infancia, etapa de aprendizaje, tienen mucho más REM que en adultos y ancianos.

Nuestros ritmos biológicos innatos van en relación a la luz solar, en cambio las exigencias del ritmo de vida moderno, gracias a la luz eléctrica, están alterando nuestro sistema nervioso simpático, el responsable de mantenernos alerta. Los estudios han demostrado que el sueño más reparador se da cuando seguimos nuestros ritmos biológicos internos.

Dormir es una forma de descansar, pero no la única

En el día a día realizamos actividades que nos implican esfuerzos físicos y mentales. Descansar es parar, dar reposo, tener algún alivio de las ocupaciones para poder reparar la mente y el cuerpo con la calma. Por ello deberíamos tomar descansos entre actividad y actividad.


Además de cumplir con el descanso nocturno diario podemos proponernos una pauta de descansos semanales (generalmente domingo), estacionales y anuales (vacaciones) para retomar la vida renovados.

En Centre Cugat Salut tenemos una unidad especial de bienestar donde abordamos puntos como este, estamos aquí para ayudarte.

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