Inteligencia emocional:
Educar en emociones y valores

¿Es necesario una educación emocional?

Daniel Goleman, uno de los autores más reconocidos en este campo de la psicología dijo que, en el mejor de los casos, el coeficiente intelectual parece solo aportar el 20% de los factores determinantes del éxito. Así pues, se ha podido ver en varios estudios que los niños con capacidades en el campo de la inteligencia emocional son más felices, más confiados, tienen mayor autoestima y más éxito en la escuela. Además, estas capacidades se mantienen a lo largo de su vida ayudándoles a tener éxito después en su vida afectiva, personal y laboral.

Daniel Goleman sostiene que existen diferentes tipos de inteligencias, así lo confirmó en su teoría de las inteligencias múltiples, donde para él, la inteligencia no es un conjunto unitario que agrupe diferentes capacidades específicas, sino una red de conjuntos autónomos, relativamente interrelacionados.

inteligencia artificial

Dicho de otra forma, Goleman no ve las inteligencias como algo que se pueda contabilizar o poseer a forma de “pack” (por ejemplo, estamos acostumbrados a decir: ¿y tú de qué eres, de letras o de números? En este caso estaríamos diciendo en otras palabras si posees la inteligencia lingüística-verbal o lógico-matemática).

Para Goleman no sería así, sino que las inteligencias se activan o no en función de los valores de una cultura determinada, de las oportunidades disponibles en esa cultura y de las decisiones tomadas por cada persona o su familia, sus enseñantes y otras personas. En resumen, la manifestación de dichas inteligencias variará mucho según qué educación, cultura o entorno tenga esa persona.

Así pues, el hecho de trabajar y contemplar las inteligencias múltiples hace que la persona pueda adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de la de los demás, desarrollando así la habilidad para generar emociones positivas, automotivarse y adoptar una actitud positiva frente a la vida. Por otra parte, también facilita desarrollar la habilidad para controlar sus propias emociones, prevenir los efectos perjudiciales de las emociones negativas y desarrollar una mayor competencia emocional.

Visto así, nos preguntamos, ¿y por qué la educación actual no está basada en este modelo? Cada vez, más centros escolares/institutos/universidades están empezando a aplicarlo, pero aún queda mucho trabajo por hacer. Debido al sistema actual, aún así vemos muchas carencias en dicho sistema, de ahí que muchos estudiantes acaben frustrados, rendidos ante la situación o desmotivados.

En Centre Cugat Salut podemos ayudarte y estar a tu lado si crees que lo necesitas.

Dra Eva Alonso

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